Los documentales y películas sobre bandas de rock, generan polémica. Hacen más grandes los mitos, además de mirarlos con un poco de nostalgia, nos vuelven a generar aquella conexión con la música y el sujeto. Entiendo que los realizadores hacen estos trabajos cinematográficos con dedicación y amor, aquí se muestran verdaderas expresiones de honestidad en la que la música es el protagonista. Este es el elemento que da vida a todo. El Génesis.
Esta historia comienza en 1994, con una tragedia y el fin de una era. Sin embargo, para Dave Grohl, comienza un viaje de crecimiento, una nueva historia. A momentos me pareció similar a The Lion King (que irónicamente salió ese mismo año). La muerte de Cobain cómo la de Mufasa, parecen ser momentos que definen el fin de toda una historia, y cambian el juego. Hacen madurar a los protagonistas y encontrar su propio camino, su propia originalidad, para dejar su propia huella en una nueva historia. Para este punto, querido lector, no le he revelado nada de lo que presenta este documental. Esa es sólo la introducción, al mundo de una de las bandas más entrañables de los últimos quince años.
Back And Forth no es simplemente un trabajo nostálgico que sólo le aplaude ciegamente al artista, también los confronta con la realidad, con la lucha de egos que nace a partir de Grohl, quién ha sido considerado uno de los mejores bateristas de los últimos veinte años por lo menos, según el conocimiento popular y de la prensa “especializada”. Además de revelarnos las nuevas facetas en la cual ellos son una banda de rock de adultos. Aquí no nos presentan una banda de desmadre, por lo menos hoy no lo son. Nos presentan a 5 músicos, adultos, concebidos ya en otra concepción de vida, sin autodestrucción, vicios, adicciones. Nos llevan a la intimidad de su vida, alejada de la prensa, el escándalo, la celebridad absoluta.
Esta historia sólo puede llegar a tal emotividad, si usted querido lector conoce las canciones. Si recuerda la primera vez que escucho Big Me en la radio, vio “Learn To Fly” en su divertidísimo chiste musical, recuerda aquella serie de televisión que usaba “Next Year” para su entrada de créditos. A lo largo de 16 años los Foo Fighters y su servidor hemos crecido juntos, han dejado su marca de maneras inconmensurables en nuestro subconsciente, y en nuestro soundtrack.
Nos recuerdan cual es la magia de sentarse en un cuarto, agarrar un par de instrumentos y hacer música con tus amigos. Nos recuerda a esa sencillez, de querer cantar y crear música que nos marque, que deje huellas en nuestras vidas y en las de los otros. Nos recuerda que todos estamos aquí, porque un día escuchamos una canción, con la cual emprendimos un viaje, del cual nunca regresamos, qué un día decidimos tomar una guitarra, un bajo y una batería, y hacer ruido. Nos regresa a ese sentimiento de que empezamos a hacer esto, porque no había otra cosa que nos moviera tanto, que nos pudiera dar llanto y alegría en iguales dosis de emoción. Aquel sentimiento de que estamos aquí, porque elegimos este camino y no hay nada mejor. Saber que si tuvieramos la oportunidad de volverlo a hacer, estoy seguro de que lo haríamos de nuevo. Saber que todo comenzó después del 1, 2, 3, 4…
Nos leemos pronto.
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