miércoles, 17 de agosto de 2011

La Maldita Vecindad se cambió de casa

Las grietas parece que ya existían desde hace mucho tiempo, sin embargo, eran pocos las que las podían ver. Escondidas entre sus diferencias, seguía la máquina que nos dio grandes canciones. Me atrevería a decir que la Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio, son de las bandas más importantes de nuestra generación.

Aunque siempre fueron ninguneados, por tener sus posturas ideológicas bien planteadas, que nos recordaban aquel discurso de The Clash, de retratar la cercanía y también tratar de explicar nuestro lugar en esta sociedad. Nos llevaban en un baile musical, que buscaba romper fronteras, mezclaban el punk, con los ritmos latinos, la salsa, el ska y el rock n' roll; mientras nos contaban historias de la calle, nos llevaban a circos imaginarios y rodeados de personajes singulares, nos conectaban con nuestra propia historia y nuestra cultura.


Podría seguir romantizando y contarles historias que tuve con su música. Cómo fue el primer disco de rock en español, que en un lejano 1992, me lo regalaron de cumpleaños en cassette, y a la fecha sólo conservo la cinta, su diminuto librito, perdido entre la inmensidad del paso de los años. De cuando entonábamos "Pachuco" para escándalo de nuestras maestras de primaria, al ver a unos escuincles de 7-8 años, en actos de rebeldía pura. La anarquía del punk había llegado a nuestras almas y nos hizo revelarnos contra el sistema que sentíamos nos controlaba, para convertirnos en complacientes ovejitas, uno más del rebaño de mentes, que no se cuestionaban, acerca de su entorno, acerca de las diferencias sociales y culturales, las cuales estaban relatadas en esos 11 tracks.

Eramos testigos de un circo de fenómenos y  exiliados, anormales del mundo. Algunas retratadas como criaturas de la noche y otros inadaptados, todos productos de la contradicción de la sociedad en la que vivían. Basta con fijarse en Poco De Sangre, Rafael o Mojado, por pensar en algunas canciones, que se encontraban muy cercanas con problemáticas que hoy se encuentran mucho más resaltadas en nuestra sociedad de hoy en día. Ahí estaban, cantaban desde la calle y para la raza, parecía un llamado a la comunión con la música, una reunión de baile, de exorcismos y de rituales urbanos. Era invocar los sonideros jamaicanos, las fiestas de las calles de Brooklyn, los sonidos de algún obscuro salón de baile, o algún love in perdido en el tiempo.

Hasta ahora sólo sabemos que lo que algún día conocimos como la Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio, ya no existe. Probablemente sean los choques naturales del ser humano, que constantemente se encuentra en reinvención y en un auto descubrimiento que los lleva a otras direcciones, probablemente sea sólo un ingenioso truco publicitario para luego anunciar un cotizado regreso a los escenarios a revivir la nostalgia a la que ellos mismos habían caído. Pero aceptémoslo, nosotros fuimos los que pedíamos constantemente sacar del pasado aquellas canciones, así que seremos también responsables de como matamos el futuro por quedarnos atascados en el pasado.

Sólo el futuro nos dirá si volveremos a ver a La Maldita Vecindad otra vez juntos, por ahora nos quedamos con un amargo final, entre sus anuncios oficialistas y la realidad que hasta ahora sólo se queda en supuestos y sospechas. Al final, nos dieron una carrera de 25 años, de brindarle al mundo Paz y Baile, de grandes discos, himnos de nuestro rock mexicano y música que esperemos sea recordada en otros 25 años. El circo retira su carpa y se va, sin saber cuando regresará. Adiós Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio.





Nos leemos pronto.

Las Aventuras de Rain Dance Maggie y el viaje de los Red Hot Chili Peppers

Creo que el regreso de los Red Hot Chili Peppers, era un tema hasta cierto punto angustiante, incierto y sin saber realmente que se podía esperar de una nueva encarnación de una de los sobrevivientes de los 90's. Aunque suene extraño, hablar sobre aquellas bandas de la "generación alternativa" es enfrentarse a la realidad que le vendieron los medios a una generación, una escena que acabó en sus propios tributos, algunos que sucumbieron ante su propio mito, y una aparente nostalgia que nos invadió prematuramente.

La historia de una banda y su música se encuentra conectada entre las entrañas más profundas de cada individuo y para aquellos que alguna vez se consideraron "alternativos", por ser un término que definía a nuestra generación, a nuestros noventas. Son todas aquellas conexiones que teníamos con la música en el principio del ocaso de la era del CD. Sin embargo, eso nos llevó a seguir bandas incesantemente, en espera de un nuevo disco, en espera de un nuevo pedazo de metal que iba a convertirse en parte de nuestros sistemas. Ingresaba a nuestros revolucionarios Discmans, y se insertaba un nuevo chip, configurado con aquellos sonidos que tanto habíamos esperado. 

Recuerdo el Californication como uno de los discos a los que suenan mis años de secundaria y sé que también el de muchos otros. Esperabas ansiosamente escuchar el esperado regreso de una banda, que ya tenía 10 años de kilometraje, un par de sobredosis y cicatrices borradas en medio de sus hermosas baladas. Aunque era todo parte de un crecimiento, al cual también tú estabas sujeto. Agudizamos nuestras pieles al mismo tiempo que su sonido se solidificó en un sonido más maduro. Lentamente nos empapamos de sabiduría de 4 viejos lobos de mar, que ya habían visitado el infierno y regresaron para exorcisar a sus demonios con esos riffs, y esos coros.

Cada viaje a lo desconocido, empieza con "Soul To Squeeze", cada comienzo a esas expediciones que uno va creando, mientras se dirige a reencontrarse de nuevo. A buscar aquel sentido que Wyatt y el Capitán América decían que buscaban. Aquellos lugares a los que sólo los elegidos llegan. Ahí se encontraban ellos, observando y con ese lienzo puesto para pintar sobre él, crear una nueva historia. Estan ahí cada que suena California en mi mente, estaba ahí cada que MTV y la radio (sí, esa que se parece a The Boat That Rocked), estrenaba alguna de sus canciones nuevas. Mientras ansiosos esperabamos por la fecha especial en la que veríamos un nuevo disco a la luz.

Con el tiempo, creo que la emoción se ha disipado un poco. Del Californication al By The Way y subsecuentemente al fallido Stadium Arcadium, cada vez nos emocionamos menos por lo nuevo, de repente parece que aquella banda que tanto amamos, se disipaba en otras expresiones y proyectos de sus integrantes (Chickenfoot, los varios discos solista de John Frusciante y Flea como estudioso del jazz en su regreso a las academias de música). Con la salida de Frusciante, otra vez nos entró el pánico y la incertidumbre de que otra vez perderíamos a los Red Hot Chili Peppers.

Sin embargo, ellos se han reinventado muchas veces, y a pesar de todo siguen siendo un conjunto unido a través de una idea musical. No sabemos aún lo que depara su nuevo LP, sólo sabemos que siguen encontrando nuevas maneras de explorar su propia música y salirse de sus propios moldes. The Adventures of Rain Dance Maggie, suena a los Chili Peppers, nos sigue evocando aquellas melodías cálidas y veraniegas, nos sigue evocando aquellos paisajes Californianos, aquella mezcla entre el glamour y el hedonismo. Nos vuelven a recordar lo entrañables que son para nuestra generación, son sobrevivientes y exiliados del tiempo, sobrevivieron a su propia perdición y a las tentaciones que muchos de su generación, nunca pudieron. Nos han enseñado a crecer y a envejecer con estilo después de casi 30 de haber irrumpido a nuestros reproductores, para nunca dejar de acompañarnos con sus inolvidables melodías. 




Nos leemos pronto

jueves, 11 de agosto de 2011

Lollapalooza 2011 - Parte 1 -

Fear And Loathing in Las Vegas, es un viaje que nunca podría reconstruirse sin el Dr. Thompson. Y sin embargo, tampoco estoy diciendo que mi presencia fue imprescindible para que Lollapalooza 2011, no pasará. Solamente pasó, vista desde esta óptica que, un par de días después, y con la resaca del viaje solamente presente en mis pies, todo lo demás se encuentra plasmado en recuerdos, en momentos interconectados a otras vidas, a otras experiencias y a otras cosas. Es difícil reconstruir la historia, que para su servidor había empezado una semana antes, en medio de noches sin dormir, extrañas incertidumbres y sobre todo un boleto que llevaba meses esperando con mi nombre, en espera de un viaje sin retorno. "Buy the ticket, take the ride..."

El molesto sonido que anunciaba el aterrizaje a la ciudad de Chicago, ya no sabía bien en que momento me encontraba, ni tampoco la ciudad. En medio de autobuses, aviones, metros e interminables avenidas, había caminado sin rumbo aparente, tratando de conectar las razones por las cuales hoy me encontraba ahí. Desconectado de la realidad, sin saber qué es lo que esta pasando en el mundo, no me interesaba saber qué el mundo se cae a pedazos y en medio de las llamas, los mercados económicos vuelven a desplomarse, cuando a mi me explicaron la crisis económica un sábado por la tarde, en medio de un par de cervezas, extraños conocidos se habían hecho mis amigos y mis cómplices de viaje. Estaba ahí unido con otras 90 mil almas, en medio del parque Grant, en aquel monstruo corporativo que te empaca la rebeldía, patrocinada por Sony y Toyota. Aquel festival apodado Walmart en el Lago y te ofrece excelente comida gourmet, una borrachera con vino y banderillas de langosta, mientras frente a tus ojos pasa todo desde un episodio de Jersey Shore, hasta los chavos alternativos perdidos entre los anaqueles de Urban Outfitters, que buscan una respuesta frente a un mapa musical, como si este tuviera poderes mágicos, aquellos que te llevan a encontrar los tesoros. El verdadero Santo Grial. O por lo menos alguna epifanía mientras un concierto de rock, te cambia la vida otra vez. 

 De alguna la historia se escribe de otras maneras de como la enseñaban en los libros de historia. Presenciar historia es ver a Big Audio Dynamite mientras te explica la crisis económica en 3 minutos y medio.


O mientras Damian Jr. Gong Marley uno de los 11 hijos del gran Bob, reinterpreta la música de su padre. A Perfect Circle, reimaginando Imagine como un extraño fondo musical para tiempos inciertos, y que en ese momento encapsulaban un aparente regreso a la nostalgia de una generación pérdida que terminó hace diez años y hace 20 empezaba con un evento como Lolla. Para los que estaban ahí, eran ellos quienes desafiarían al resto del mundo, por un lapso de tres días, nos encontramos en un universo alterno, nos unimos para cantar aquellas canciones y puedo asegurar que hasta lloramos con ellas. Le dimos las gracias a Perry, por haber instigado esta revolución, por haber iniciado la chispa que nos unía esos días. Nos hizo reconectarnos con nuestras propias raíces musicales, nos sacó al pasado de la cuarentena y nos dejó satisfechos con quienes somos hoy. Al terminar, mientras caminábamos por la avenida Columbus, con una sonrisa en nuestros rostros, lodo en nuestros tobillos, nos sentíamos conquistadores, sabíamos que ese boleto valió la pena cada centavo, que cada ampolla valió cada minuto de dolor, cada nota que escuchamos nos hizo sanar y nos trajo de regreso a nuestro hogar. De aquel que quisimos huir hace un par de días y como Holden Caufield, regresamos después de una visita al parque. Parece que sólo fue eso.




Nos leemos pronto.