jueves, 24 de febrero de 2011

"Reflexiones Absurdas del pop con Radiohead y "The King Of Limbs"

Desde hace unas semanas la nostalgia por los 90's ha invadido todos los medios, hasta esta su pequeña guarida refugiada por los dioses del Olimpo musical, y sí es cierto que ciertos eventos tenían más importancia en esos años mozos, las aventuras musicales se emprendían de otra manera, de consumir y cazar la música que algo te generaba. Claro eso en un mundo y a una generación a la cual, aceptémoslo, no pertenecimos, por lo menos los contemporáneos de mi generación, nos encontrábamos sumergidos y dominados por el pop comercial, en la cual nos importaban más los New Kids On The Block, que andar en la búsqueda de algún recóndito sencillo editado por Sub Pop, todo mundo tenía sus discos de Michael Jackson, coleccionaban sus compilaciones de "Now! That's What I Call Music Vol. 2,500" o en su defecto los "Dance Clubs", o cantaban el éxito del mocosito francomexicano cuyo nombre no quiero ni recordar (y en este momento sería crucial no ofender a las frágiles y endebles relaciones internacionales del mundo actual). 

Aquellas aventuras musicales y descubrimientos musicales por exponerte a la radio, la televisión, a esperar horas a ver tu video favorito en MTV y antes de eso en la programación musical que el canal 7 tenía con un largo segmento dedicado a la música. Los días antes de Pitchfork, la sobre exposición de un género/sonido inexistente, en medio de la dominación de la nación del rock alternativo. Además de los interminables  recuentos de las visitas religiosas a las tiendas de discos, en el esperado lanzamiento del disco. Hoy en día la gran mayoría lo escucha semanas antes de su lanzamiento, al acabar mágicamente dentro de las redes de intercambio de archivos, y son pocos los que llegan al objeto físico. Sí ya sé, que siempre me remito a ese purismo del formato físico, pero es parte fundamental de generar conexiones emocionales, son aquellos lugares favoritos y aquellas fotografías de vida. 

Los lanzamientos musicales eran "eventos" importantes en la vida de los fanáticos y compradores de discos. Se formaban horas, días, en espera de ver una nueva obra de su preciado artista en los anaqueles lista para que fuera devorada y se convirtiera parte de nuestras vidas. MTV hacía las coberturas de los actos más grandes, eran eventos masivos en Times Square, en las Megatiendas de Virgin y en todos aquellos megaemporios diseñados para exprimirnos hasta la última gota de nuestros ahorros por aquella sed de música, y que ahora son dinosaurios del pasado que luchan desesperadamente por sobrevivir la crisis de la industria que llegó para quedarse y para plantear muchas interrogantes sobre el futuro de la distribución de la música, la manera en que la consumimos y sobre todo plantear propuestas sobre nuevos modelos funcionales en los que se pueda coexistir con la tecnología, sin alienar al fanático/consumidor/escucha.

La semana pasada Radiohead anuncio el lanzamiento de "The King Of Limbs" el esperado regreso de una de las bandas más importantes de los 90, y la siguiente aventura musical después del innovador "In Rainbows". Pasaron tres días para que el anuncio fuera una realidad y el mundo tuviera en sus manos, el nuevo disco. Si bien con In Rainbows, pusieron a temblar a las grandes corporaciones (¿verdad EMI Parlophone?), quienes tomaron las riendas del negocio e impusieron el modelo "Pague lo que quiera" por un pedazo de arte musical. Una exploración nueva, en donde mantienen su sonido, aquellas atmósferas incómodas y desamparadas, al borde del abismo. Complejos arreglos de polirítmias y esas texturas que si nos ponemos exigentes, se encuentran en su música desde Kid A. 

Vivir con la música, me parece, escucharla, digerirla, vivirla o más bien dicho, vivir con ella, hacerla parte de nuestra existencia, llenarla de detalles y clusters de información codificada, conectarla con individuos, situaciones; con aquel sentimiento de pertenencia, de quitarle aquel poder al creador para apropiarla. Hacerla tuya.

Yo no soy de aquellos que dice que uno "no entiende" a Radiohead y aunque sí me considero un purista forever, no tengo problema con que "los otros" sólo conozcan "Creep", con aquellos que satanizan a la banda por "venderse", por ser "pop", o por que su música la pasen en ciertas estaciones de radio de dudosa reputación. Llevó escuchando a Radiohead desde 1995,  me he peleado con su música, soy de aquellos que nos escandalizamos por las atmósferas del "Amnesiac", que puedo ponerme a chillar con "No Surprises" y que verlos tocar "Paranoid Android" en Later With Jools Holland, fue cómo haber visto a Elvis en televisión por primera vez. En pocas palabras, he vivido con la música de Radiohead por los últimos quince años de mi vida y puedo decir que por eso aprecio mucho más "The King Of Limbs". Por qué Radiohead siempre me ha pedido, que lo escuche detenidamente, qué deconstruya sus melodías, sus letras, qué reflexione sobre mi ser, mi entorno, el mundo interconectado e inmediato de la actualidad, qué me acuerde de Marvin, el original "Paranoid Android" de "The Hitchhiker's Guide To The Galaxy". Ahora me siento plácida y cómodamente en mi silla preferida, con mis audífonos, para disfrutar una y otra vez "The King Of Limbs", mañana saldré al mundo con este disco, por mientras se queda en aquella guarida, en aquel templo sagrado custodiado por los dioses del Olimpo musical, listo para emprender una aventura musical nueva cada vez qué le ponga play.

Nos leemos pronto.

Desempolvando al Cliff Poncier que todos traemos dentro o una noche con Deep Purple

Todos los amantes y fanáticos del rock, hemos estado siempre en esas eternas discusiones, que usualmente ocurren a altas horas de la noche, en estados inconvenientes y que afloran los sentimientos puristas de uno. Son aquellas discusiones en donde los Beatles son mejores que los Stones, si Ozzy o Dio era mejor vocalista de Black Sabbath, hasta aquellas complejas interpretaciones que se crean alrededor de las mitologías del rock, encontrar el significado de Stairway to Heaven, o tener acaloradas discusiones sobre la mejor época de KISS. Evidentemente no se quedan atrás las eternas dicotomías sobre que tan grande era aquella banda, cuál era la alineación más poderosa, etc.. Sin embargo, dejemos un poco ese romanticismo que tanto representaba a Cliff Poncier, quién se cuestionaba lo que realmente le había pasado a la música que valía la pena, ¿dónde estaba el Misty Mountain Hop, el Iron Man, el Smoke on the water de nuestros tiempos?.

Aquellas interrogantes, fueron las que realmente me hicieron reconsiderar el grandioso concierto de Deep Purple, que por dos horas convirtió al Auditorio Nacional en un templo de adoración a los riffs pesados, pantanosos, órganos densos y sobre todo un aura místico, que antes era producto de todas las sustancias que se repartía la multitud durante sus conciertos. Ahora se respiraba un ambiente de menor decadencia, y en vez de invocar alguna imagen sacada de alguna película de Richad Linklater (véase Dazed & Confused), tenía todos los elementos para llegar a aquellos niveles de exceso a-la Spinal Tap. Antes que nada deberíamos puntualizar el hecho que Deep Purple, siempre lo había considerado como una curiosidad musical, más allá de conocer un par de sus álbumes, uno se encuentra familiarizado por los "hits", "Smoke On The Water" (que seguramente la ha escuchado en infinidad de versiones, adaptaciones y reinterpretaciones por bandas de covers), "Hush" (mi primer descubrimiento musical de Deep Purple, que se venía incluído en el volumen 9 de las compilaciones de British Invasion, y por muchos años fue un referente fundamental del rock psicodélico), "Highway Star", "Space Truckin'", etc. Además de la existencia de un viejo vinil de Deep Purple "sinfónico" en el Royal Albert Hall, que se encontraba por azares del destino entre la vieja colección de discos en casa, y que al escucharlo me pareció uno de los discos más innecesarios, mafufos, y pretensiosos que jamás he escuchado. 

Además de que siempre he tenido un disgusto por las reuniones de reencuentro o "Last World Tours" que las bandas hacen desde hace 25 años (sobre todo el circuito de dinosaurios de los 60's), con músicos hueseros, que terminan pareciendo una patética banda de covers, con uno de los miembros originales o de la "alineación clásica". El pequeño yo purista, aflora y en un diálogo con mi conciencia, me reprocha la inversión en conciertos para que te lleven a un "imitador" de Jim Morrison y te lo traten de empaquetar como The Doors o recluten a los hijos de su integrante fallecido (sin quitarle su mérito musical y los logros que muchos de ellos tienen). Juegan con los sentimientos del fanático para vendernos un par de entradas patrocinadas por los gigantes corporativos. Pero bueno, este tipo de prácticas no son nuevas, y parte de todo este negocio es entrentenernos. Deep Purple vinó sólo con Ian Paice, Ian Gillan y Roger Glover (de la alineación clásica que no es la misma que la original, con la ausencia de Lord, Blackmore, etc.), pero esto seguramente a pocos le interesa y todos nos congregamos aquella noche para escuchar buen rock psicodélico. No podía fallar los momentos de rockstars dónde cada uno de los músicos tuvo su momento para su "solo", para demostrarnos su talento y versatilidad musical. Desde un solo de bajo, cortesía de Roger Glover, un popurrí musical cortesía de Don Airey que nos llevaba desde Deep Purple hasta Mozart, un poco de jazz, y "La Cucaracha". No podíamos despedirnos sin recibir una rendición a "La Bamba", una de las curiosidades musicales que nunca fallan y siempre generan el agrado del público, muchas ovaciones y aplausos. Ian Gillan ha sido de los pocos vocalistas, que cautivan a su audiencia y que tenía a todo el Auditorio Nacional, comiendo de su mano (a pesar de que sus constantes salidas para sentarse a recuperar el aire). Dejándose llevar por aquellos riffs pantanosos, una cohesividad musical, que revela su trayectoria de cuarenta años incuestionable, y crean un espectáculo de inmersión por dos horas, en un viaje psicodélico, que nos ayuda a desempolvar a aquel Cliff Poncier que todos tenemos dentro, y nos reconectan con aquellos placeres sencillos. Recordar siempre que para algunos sólo tomó un concierto de rock para cambiar el rumbo de sus vidas para siempre. 

Nos leemos pronto.

jueves, 10 de febrero de 2011

The New Pornographers - Moves

Se aprecia mucho ver a una banda que puede burlarse de si misma y burlarse de los propios clichés que acompañan a ser una banda de "rock". Se aprecia el hecho que se sienta mucha calidez en ver a un grupo de talentosos comediantes y músicos, entre ellos algunos miembros de Saturday Night Live y The Daily Show, en ideas sencillas, divertidas y sobre todo bien hechas. Definitivamente un gran respiro del tedio ocasional que me genera la música de los New Pornographers, a quién prefiero a sus integrantes en sus encarnaciones alternas.

Dirigido por Tom Scharpling, creador del también divertídisimo video de Ted Leo & The Pharmacists "Bottled In A Cork", con ustedes "Moves" de los New Pornographers.


Nos leemos pronto.

viernes, 4 de febrero de 2011

La Nostalgia de 1991

Después de muchos extraños reencuentros con la música de aquel 1991, no me queda más que decir que nos ha entrado la nostalgia por ese año. Creo que es un ciclo normal, volver a reapropiarse de la música de las generaciones pasadas como un axioma para conectar con la música de hoy, y ver de que manera se mantiene vigente. Para aquellos afortunados que vimos a Massive Attack en sus recurrentes visitas el año pasado, sabrán que Blue Lines no ha envejecido ni un año. Atmósferas envolventes, lugares obscuros y caminos sombríos, acompañados de beats hipnóticos. 

Entre los caminos frecuentes de la industria musical se encuentra la aclamada "re-edición", que en raras ocasiones nos presentan tratamientos dignos, y sobre todo lo suficientemente inteligentes, para hacernos comprar un disco que posiblemente ya tenía usted en su colección, para almacenarlo en otro lugar más espacioso y vistoso que acomoden sus sobredimensionados tamaños. Esto con la intención de poseer meros refritos de los éxitos de sus artistas favoritos, en pocas ocasiones nos dan aquellos demos caseros, mezclas alternativas, o aquella versión extendida, editada para radio, censurada y hasta las versiones que originalmente no pudieron ser incluidas en el disco. 

Además de esto, viene el deleite visual con fotografías de archivo, que resultan ser miradas personales e intimas a la convivencia de la banda, aquel chiste local que todos quieren entender y de alguna manera pertenecer, que además se encuentra inmiscuido en tu canción favorita. Agregue a esto, el DVD con los "videos promocionales" y el documental que celebra los 20 años de "inserte su disco de 1991 aquí ", que en su gran mayoría son escuetos documentos de 15 minutos con comentarios de lo bien que se la pasaron mientras grababan ese disco, los excesos que tenían y alguna anécdota que hasta ahora era sólo una leyenda urbana. Y para fortuna de los que escribimos de música, el espacio reglamentario para hacer una retrospectiva del momento y un ensayo sobre la banda. Todo esto disponible en formato digital, en un dinosaurio de CD individual, la edición en Digipak o de cajita vistosa y la Mega Jumbo Extra Special Deluxe Edition con más chucherías y el triple del precio por el cual usted compró el disco en 1991.

Screamadelica de Primal Scream y el Nowhere de Ride, tendran sus tratamientos de edición especial, cuyos contenidos se encuentran detalladamente en otros sitios de noticias. Y a pesar de que muestre mi desagrado a veces por dicho formato, sé que existen sus excepciones, y cada año hay un par de reediciones que sí llegan hasta los archivos de su servidor. Debo decir que tengo extrañas premoniciones completamente infundadas y no oficiales, pero presiento que Guns N' Roses se reunirá con Slash. A raíz de las noticias de Blur y su regreso al estudio, también se cumplen 20 años de su disco debut "Leisure", pero estas son meras conjeturas que el regreso a 1991, esta en su auge y hoy nos encontramos ante la nostalgia de aquellos años en los que MTV reinaba, los videos musicales tenían presupuesto y los discos vendían en su primera semana la misma cantidad que un artista hoy con un cotizado número Uno, Michael todavía reinaba el mundo, el alternativo estaba a punto de entrar a los reflectores con el Nevermind.

Lo único seguro es que esas canciones siguen vivas en nuestros recuerdos y en aquellos canales o estaciones con selecciones de "clásicos", siguen vivas en algún y recóndito bar que toca covers o que en su rockola, sigue amenizando las conversaciones con las mismas canciones y convirtiéndolas en acompañantes y secuaces, cómplices de nuestras propias películas en las que al final los créditos nos llevan hasta un lugar incierto, después de un largo camino, son nuestras bandas sonoras que todos los días reescribimos. O como decía Sting: "In this theatre that I call my soul, I always play the starring role."

Nos leemos pronto

jueves, 3 de febrero de 2011

Música no apta para los débiles del corazón.

Para los débiles de corazón, los que con un comercial irrumpen en lágrimas cual Magdalena, y aquellos azotados que siguen viendo la foto de su ex enamorado en extrañas y obsesivas maneras, favor de absenerse de escuchar estas canciones. Estos son relatos de obsesión, diálogos entre parejas, despidadas cartas de amor, todos encapsulados en medio de sueños, atmósferas celestiales, sintetizadores bailables y sobre todo un sonido distintivo. En su presentación más ligera y sencilla, Stars, Torquil Campbell, Amy Milan y Evan Cranley, en un íntimo concierto de escritorio parte de la serie de Tiny Desk Concerts de National Public Radio.


Nos leemos pronto.