Acepto que no soy periodista, nunca lo he sido, ni tampoco pretendo serlo. Aquí se escribe sólo una versión de las cosas que realmente pasaron, y el resto se lo dejamos a aquellos que cuentan asistentes, canciones y utilizan lenguajes de plantilla para recrear momentos mágicos e irrepetibles.
En el escenario puedes presenciar la manera en que cinco individuos intercambian líneas, ideas, fragmentos. Cada uno contribuye con su propio sonido y ritmo, para crear piezas de contemplación absoluta. Simplemente uno debe de dejarse llevar por la música. Si buscas complejizar los arreglos, ritmos o la instrumentación, te aseguro que te perderías como si estuvieras en un supermercado sin rumbo absoluto. Enfocas en un pequeño fragmento, y la música te lleva a fijarte en otros detalles, a otras notas, te das cuenta que hay algo más ahí, pero no sabes exactamente qué es. Centras tu atención en otro punto, como aquella pintura que tanta fascinación te causaba, o aquella fotografía que puedes mirar por horas, encontrando nuevos detalles, nuevos ángulos, nuevas maneras de ver la música.
Los denominados críticos de música, dirían que Tortoise, - mencionarían sus influencias con el ambient, el punk, el post rock, el jazz, el krautrock, todos estarían comparados a los sonidos de otros "exponentes del género". Incluyen la sede, la cantidad de asistentes, y agregan adjetivos rimbombantes, para tratar de describir un momento tan especial, e irrepetible.
Lo único seguro es que ayer, no pude discernir de ningún género, no puedo decirles que "tocaron los éxitos, que el público cantó a todo pulmón, o que los asistentes se congregaron a escuchar una banda cuyo nombre cada quien pronuncia como puede." Tortoise es una banda para escucharse, para disfrutar más allá de saberse los nombres. Es poder hacerte cerrar los ojos, perderte en un momento de éxtasis, de desconexión total, de todo lo que hoy en día nos rodea en el mundo. Implica poder encontrar aquellas hermosas melodías en medio del ruido industrial y el ruido de alrededor. Es llevarnos a ese lugar imaginario, por un par de horas, para vivirlo, experimentarlo y probablemente después de todo, tratar de contar lo que pasó.
Nos leemos pronto.